martes, 27 de julio de 2021

LLAMADO DE ATENCIÓN

 

En medio de la crisis ambiental por los efectos (en algunos casos, ya irreversibles) por el Cambio Climático, se han presentado varios llamados de atención de voces expertas en la materia, sin que los líderes de turno hayan hecho significativo para enfrentar el problema. No solo por la desaparición de fauna y flora, también por el deterioro de las condiciones de la vida humana, en un mundo cada vez más llevado por la ira que por la sensatez, donde prevalecen los intereses particulares sobre los comunitarios, y la guerra se considera como la mejor solución a todos los problemas, lo cual es absurdo. Colombia no se podía escapar a este problemita, donde su gobierno (desgobierno) se niega a reconocer la existencia de un Acuerdo de Paz suscrito entre el Estado Colombiano y la antigua guerrilla de las Farc, el cual es de obligatorio cumplimiento, y su no implementación ha ocasionado graves efectos al Medio Ambiente y al Desarrollo Sostenible, como lo hicieron saber en días pasados un grupo de científicos importantes, mediante una misiva dirigida a Ivanchis, publicada por la Revista Science; a continuación se analizarán unos párrafos de este documento, para ver que tienen razón los expertos y que así no le guste al gobiernito que dejó podrir la economía naranja, tendrá que reflexionar en la materia y actuar, así le quede un año largo de período constitucional.

 

“Un tratado Latinoamericano que pedía esfuerzos multilaterales en materia de sostenibilidad y protección ambiental, así como la implementación del proyecto de Especialidad Agraria, una iniciativa alineada con los objetivos del Acuerdo de Paz que habría facilitado las resoluciones de históricas disputas de tierra”. El tema principal de este párrafo es el Acuerdo de Escazú, el cual no solo compromete a los países a proteger el Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible, sino también y principalmente, a proteger a sus Liderazgos. Es bien sabido que el gobierno (desgobierno) de Iván Duque obedece a los lineamientos del eterno y cansón expresidente Álvaro Uribe Vélez, donde estos temas no tienen cabida, por cuanto se consideran de ideología progresista, en contra de la plomacera que proponen. El asesinato y la desaparición de estos líderes y liderezas ha crecido de forma alarmante, así como la indiferencia frente a la deforestación de grandes hectáreas de reserva ambiental por intereses nefastos en su mayoría del sector de la ganadería (¿cierto José Félix?). Ni hablar del tratamiento al tema del narcotráfico, donde quieren imponer el glifosato a la lata, sin importar las consecuencias que pueda traer.

 

“El rápido incremento de la violencia, pobreza e inequidad, que coinciden con las acciones de Duque contra el proceso de paz, han creado condiciones sociales que pueden acelerar la disrupción de ecosistemas amenazados, incluyendo bosques y páramos, que proveen indispensables beneficios para Colombia e, incluso, más allá de sus fronteras”. Era previsible que a un gobierno que, en campaña, mostró su desprecio al Acuerdo de Paz, trataría de ponerle todas las trabas al mismo, incluso lo demostró en el plebiscito del pasado dos de octubre de 2016, cuando dijo NO bajo las disculpas de la ideología de género y el rayo homosexualizador. Pero resulta curioso y triste, que el lema de Ivanchis, Martuchis y compañía, sea “Paz con Legalidad”, y si hay algo que se ha deteriorado desde el siete de agosto de 2018, es el orden público, por cuanto empezaron a tener relevancia las alianzas entre disidentes, elenos y carteles de la droga para mantener la cadena productiva de los alucinógenos. Sumando que, habiendo Alto Comisionado para la Paz, no se han producido diálogos con estos grupos para generar un posible desescalamiento de esta violencia. Ni hablar de los efectos antiambientales (deforestación, atentados contra las infraestructuras, desaparición de especies endémicas de flora y fauna ocasionados). Y al gobierno de Uribe en Cuerpo Ajeno, le importa un asterisco.

 

“Los científicos tenemos que levantar la voz para educar a candidatos y votantes sobre las consecuencias socioambientales de sus acciones”. Uno de los puntos más polémicos de la carta, por cuanto se están refiriendo directamente a las elecciones legislativas y ejecutivas del año entrante, por cuanto consideran que la mejor opción para el país sería un gobierno que respete e implemente el Acuerdo de Paz, así como tenga al Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible como ejes fundamentales de Progreso y Bienestar. Este gobierno (desgobierno) así como un no autorizado líder de la oposición (a quien los ocho millones de votos obtenidos el 17 de junio de 2018, se le subieron a la cabeza), NO son los más representativos de los postulados que se emiten en la presente carta, se deberían buscar más opciones que puedan sentar las bases para un país más justo, equitativo y respetuoso de su flora y fauna, para que haya una Verdadera Paz con Justicia Social, UN PAÍS INCLUYENTE. Por algo, la Constitución de 1991, da espacio para todas las fuerzas políticas que quieran ir al debate con respeto y escuchando a los demás, en vez de ir por las armas, ¿no creen?

martes, 13 de julio de 2021

EL POT DE CLAUDIA

 

El Plan de Ordenamiento Territorial, más conocido como el POT, ha sido una de las tareas que se han quedado pendientes de varias administraciones distritales, no solo por la no adecuada preparación, también por la cantidad de intereses creados ahí, no solo desde el punto de vista político, también económico y social, en una urbe de ocho millones de habitantes. Y si no se hace un debate serio y responsable, de cara a la comunidad, no habrá un buen POT para Bogotá DC, que seguirá padeciendo las consecuencias de una mala planeación. El POT vigente tiene veinte años de existencia, sin que hasta la fecha haya podido ser modificado o haber sido reemplazado por otro que esté más concordante con las circunstancias actuales; eso sí, toca anotar que primero toca ser concertado con las localidades actuales, en un proceso largo, con muchos ires y venires, luego pasarlo al concejo donde tratarán de meterle micos a la lata, así como piedras en el camino y vendría la promulgación de la Alcaldía Mayor, y su posterior examen ante los tribunales correspondientes para su aplicación. Ahora la Bogotá Cuidadora de Claudia López, presentó un nuevo documento para el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), que tendrá un camino culebrero, pero que entre los detalles que se conocen, trae las siguientes cosas.

 

“Este POT crea por primera vez un tipo de suelo que se llama servicios metropolitanos, con el propósito de que la industria pesada y la de los servicios del Siglo XXI no tengan que competir por el suelo”. Puede ser un aspecto positivo, si se tiene en cuenta que, en varios barrios de la ciudad, los problemas de planeación, como en ciertos barrios donde las casas grandes e históricas, son demolidas o adecuadas para industria, sin tener en cuenta las condiciones de hábitat de la zona; con esto, se podría solucionar en buena parte, este nefasto problema. De pronto la gran inquietud en este caso sería los tributos que pagan los inmuebles que ya pasaron a ser de uso comercial, así como se incentivaría la presencia de la industria en zonas rurales, sin que se afecte el Medio Ambiente ni el Desarrollo Sostenible. Lo que, si se debe ir evitando y erradicando, poco a poco, es la mezcla entre viviendas e industrias, que provocan problemas de salud entre los habitantes, así como de ruido y desvalorización de las casas.

 

“El POT de Bogotá territorializa el cuidado, consolidando una red distrital de equipamientos, que reducen desigualdades históricas, especialmente para las mujeres, quienes se han dedicado a las labores del cuidado”. Positivo que se realce la necesidad de mejorarle las oportunidades a las mujeres en el acceso a empleo y beneficios sociales en el distrito, especialmente en las madres cabeza de familia. Y aún más cuando se trata de mujeres que están dedicadas al cuidado de menores de edad, población mayor y con discapacidad, que generalmente no tienen remuneración ni seguridad social. Pero se debe recordar que, en estos tiempos, también hay hombres y demás población, dedicada a este noble y leal oficio, a quienes también se podría aplicar. Eso sí, se necesita un plan de seguimiento para que no queden en vano las promesas hechas en el POT en esta materia, por cuanto aún el oficio de cuidador se considera en ciertos sectores de la sociedad, como algo no reconocible ni respetable ni con derechos a retribuciones sociales. Que bueno sería aclarar si existen programas de capacitación y actualización en el tema, con el fin de que este oficio se considere como una gran alternativa laboral, no solo en el Distrito Capital, sino en toda Colombia, ¿no creen?

 

“La protección de la Estructura Ecológica Principal se convierte en innegociable. En coherencia, el POT ordena la ciudad alrededor de esta estructura vital. Su mandato es protegerla, renaturalizarla, reconectarla y consolidarla”. Una ciudad como Bogotá DC, necesita no solo la creación de nuevos espacios ambientales, también el mantenimiento y la reparación de los que actualmente existen. Los niveles de contaminación ambiental crecen de forma preocupante cada día, y si no se cuida la fauna y flora presente como debe ser, en pocos años, la Atenas Suramericana pasará a ser una ciudad invivible, donde sus olores se asemejarán a los de Doña Juana y Mondoñedo. Se necesita ser estrictos a la hora de exigirle a las grandes industrias, mejorar sus Planes de Manejo Ambiental, principalmente en lo relacionado a la emisión de gases y partículas, por cuanto la ciudad ya no resiste más. Se verán muchos intereses económicos e industriales tratando de poner arandelas en el asunto (tienen derecho a defender su fuente de trabajo), pero el Distrito deberá ser enérgico a la hora de implantar estos planes para cumplir los objetivos de desarrollo sostenible, sino que la Bogotá Cuidadora sea amable con el Medio ambiente y el Desarrollo Sostenible.

martes, 6 de julio de 2021

EL FRACASO

 

Hace cincuenta años, cuando ya era latente el fracaso de EEUU en Vietnam, así como ciertos hechos de corrupción gubernamental se hacían evidentes y no existían otras cortinas de humo para poner, el presidente Richard Nixon declaro “La Guerra contra las Drogas” con la siguiente frase (Milenio – Informativo Mexicano): “El enemigo público ‘Número Uno’ de Estados Unidos es el abuso de drogas. Con el fin de enfrentar y derrotar a este enemigo es necesario emprender una nueva ofensiva total. Le he pedido al Congreso que proporcione la autoridad legislativa y los fondos para impulsar este tipo de ofensiva. Esta será una ofensiva mundial que se ocupará de los problemas de las fuentes de suministro”. ¿Qué ha pasado desde entonces? No solo esta guerra se encuentra perdida, sino que han aumentado las cantidades de narcóticos (cada vez más refinados), sino que este “negocio” se ha convertido en el fortín de muchos politiqueros corruptos, así como la única fuente de sustento para campesinos, poblaciones étnicas y afros, a lo largo y ancho de todo el mundo. El consumo sigue aumentando vertiginosamente, pues este asunto no es tratado como un problema de salud pública, sino como un tema judicial, haciendo un peor efecto sobre la sociedad existente.

 

Más gente ha muerto por abuso (sobredosis) con medicamentos legales que, con drogas ilegales, los narcotraficantes se las han ingeniado para lograr hacer sus trabajitos y el hecho de estar en la clandestinidad, hace que este negocito no pague tributaciones en los países correspondientes y enganchando más gente que busca una oportunidad de empleo bajo el desespero económico y social; mientras tanto, los países consumidores como el mismo EEUU, ¿qué han hecho? Nada. Así se vean a muchos capos capturados y extraditados, el narcotráfico sigue campante, por cuanto han llegado otros delincuentes a reemplazarlos, incluso, con la fabricación de drogas sintéticas (que será el futuro negocio ilegal), mientras que los gobiernos regionales como el de Colombia, siguen creyendo pendejamente, que la represión y la violencia son el mejor método para erradicarlos, provocando el efecto contrario. Basta con mirar que ni la marihuana, ni la hoja de coca, ni la amapola como plantas son el problema en sí, ni que erradicarlas solucionará este problema (ya están ahí las drogas sintéticas), sino se hace una inversión social en las regiones donde se cultiva y se empieza a planear en una legalización de dichos cultivos para que paguen los correspondientes tributos para estas zonas, a ver si logran salir adelante.

 

Otro problema es el decomiso y abandono de las propiedades de los grandes capos de la droga, las cuales, por vericuetos y leguleyadas, son dejadas al peor abandono en varios años, muchas veces convirtiéndose en lugares para el consumo de estupefacientes, así como los dineros de lavado de activos que se confiscan, misteriosamente aparecen en los bolsillos de la corrupción para hacer de las suyas. Ni hablar de la cantidad de muertes que ha habido en esta absurda guerra, no solo de ilegales, sino también miembros de las FFAA y la policía, dirigentes políticos, comunidades enteras, entre otros. Fue muy ingenuo pensar que cuando Pablo Escobar fue dado de baja en 1993 en Medellín, el narcotráfico en Colombia tendría un golpe del que no se podría recuperar; vinieron los Rodríguez Orejuela, los pequeños y medianos capos, las guerrillas y los paras para lucrarse de este negocio, con la complicidad de un Aparato Estatal que no sabe dónde está ubicado, así como de una dirigencia mundial que tiene la actitud del avestruz frente a este problema. Colombia siempre ha permanecido sola en esta guerra, frente al desprecio y la burla de los demás países.

 

En cuanto al Medio Ambiente y al Desarrollo Sostenible, sin lugar a duda, se pueden considerar entre las principales víctimas del Narcotráfico y su miope visión de que se enfrenta con represión. Miles de hectáreas de Reservas Ambientales han sido destruidas (varias con efectos irreversibles) para los “cultivos ilícitos”, frente a lo cual, los mediocres gobiernos solo han echado paraquat y glifosato (reemplazante del primero en la década de los ochenta) cuyos efectos nocivos sobre las comunidades, fauna y flora; han sido verificados, pero que los mediocres dirigentes políticos han ignorado y/o despreciado, para no perder su visa americana. Pero no solo es un problema del hemisferio occidental, en China por más cadenas perpetuas y penas de muerte que se han impuesto, el problema de las drogas sigue latente, o en Rusia, donde han aparecido unos extraños hombres de negocios de la noche a la mañana; incluso, en Europa, las drogas sintéticas le están ganando el pulso a la maracachafa, la blanca y la heroína. Esta guerra está más perdida y la única forma (tarde o temprano se verá) de enfrentarla será la legalización para dominarla y hacer que repare los daños causados a la sociedad.