martes, 26 de octubre de 2021

TURISMO POSTCOVID

 

Aunque la calma de la pandemia se vislumbraría a mediados del año entrante, ya que el proceso de vacunación se inició demasiado tarde en Colombia (ocho semanas de retraso con respecto a la mayoría de los países de la región), incluso cuando el promedio regional supera el 50% de la población vacunada, aquí ni siquiera se llega al 40%, ya se está hablando de recuperar el turismo en el país, algo que no solo depende de la pandemia, también del orden público (muy deteriorado) y de las políticas gubernamentales (justo cuando no se ve al gobierno nacional). Este turismo estaría enfocado en gente que se necesita recuperar de los efectos, tanto físicos como psíquicos que le ha dejado este coronavirus, buscando un clima agradable y de paso, recuperar posibles fuentes de ingresos y empleo para las distintas regiones del país, empezando por las que más han avanzado en temas de vacunación, incluso con terceras dosis y la fase para infantes y adolescentes, como es el caso de la presente columna, en el departamento del Quindío, que posiblemente sería el primero en alcanzar la inmunidad de rebaño. Tiene la ventaja de ser una de las zonas más pequeñas en área y su ubicación en el centro del país.

 

En la página web del Ministerio de Salud, se puede leer la siguiente declaración del Gobernador del Departamento del Quindío, Roberto Jairo Jaramillo: "El planteamiento en el que coincidimos es que, por qué no lograr, para el mes de diciembre, que el Quindío sea promocionado como el primer destino nacional bioseguro y que la gente tenga toda la confianza de venir, pasear, disfrutar las bellezas naturales y las atracciones del departamento". Esto suena bonito, pero también se debe tener en cuenta que la posibilidad de uno o varios picos de la pandemia son inminentes, no solo por el atraso en la vacunación, sino también por seguridad y la falta de cultura ciudadana que se está dando en los últimos días, donde la falta de cuidado es notoria, la gente ya sale a la calle sin tapabocas, se vienen unos días sin iva donde las peloteras serán las notables, y se están relajando las medidas de cuidado en todas partes, ya que la economía nacional no aguanta más. Pero si bien el Quindío ha hecho su tarea en materia de vacunación, hay otras regiones en el país como la costa pacífica, que aún se encuentran muy atrasadas en la materia, razón suficiente para desconfiar, más si es una tarea nacional, que se explicará a continuación.

 

En días pasados, como lo informa el diario La República (Bogotá), Colombia ha sido seleccionada como uno de los cinco destinos turísticos líderes por estar adelante en la vacunación, con fecha del 16 de febrero de 2021. Pero ya se encuentra en inmediaciones de final de año, y esta vacunación no ha avanzado lo suficiente como para echar voladores y asumir retos de manera irresponsable. El Gobierno (desgobierno) no puede estar metiéndose en cuanta bobada se le ocurra, ni exponer a la población a mayores problemas de los que tiene; luego, si quiere recuperar este renglón importante de la economía nacional, debe hacerlo pero de forma prudente que se puede evitar unos picos de contagio tan grandes como el que hubo a mitad de año (con 27000 contagio diarios y 650 muertes en promedio); bueno, ya hay gente viajando a veranear en diversas zonas de Colombia y el mundo (el autor de la presente columna lo ha hecho), en grupos familiares o pequeños, para evitar problemas de salubridad posteriores; luego no se entiende porque el país se está metiendo en unas vacalocas cuando aún no hay certeza de que va a ocurrir con el covid19.

 

Regresando al departamento del Quindío, se han visto y hay que reconocer, los avances en la materia, pero también le están exigiendo con justa causa a la gente, seguir con las medidas de bioseguridad, como el tapabocas, el distanciamiento, la aireación de los espacios privados y evitar al máximo las aglomeraciones. Pero si se quiere mirar más allá de los entornos locales y nacionales, en EEUU y Reino Unido, donde el porcentaje de población vacunada casi que duplica a Colombia, aún hay muchas reservas sobre aperturas, ya que la variante Delta aún tiene fuerza como para llevarse por delante muchas vidas, sin que le dé remordimiento. Ah, y no se puede olvidar la variante mu, posiblemente originada en este país de Uribe y Petro (otras dos especies de virus de intolerancia). Que se debe dar apertura sí, que se deben recuperar las fuentes de ingresos y empleos lo más pronto posible, también. Pero ojo, se debe hacer cuando la vacunación en el país se haya hecho de manera masiva y efectiva, cuando el Ministerio de Salud y el DAPRE hayan avanzado lo suficiente en la compra de vacunas (que no se vuelva a repetir la mamadera de gallo, como la de la multinacional Moderna).

martes, 19 de octubre de 2021

LA SOBERANÍA

 

La disputa sobre el Archipiélago de San Andrés Islas, así como los derechos marítimos y comerciales sobre el Mar Caribe, que tienen Colombia y Nicaragua, ha sido uno de los temas más candentes en la diplomacia desde hace más de cuarenta años. Si bien es cierto que la Corte de la Haya determinó en 2012 que Colombia le debería devolver más de 75 mil kilómetros cuadrados de aguas al país que se encuentra bajo la Terrible Seguridad Democrática de Daniel Ortega (quien se esconde bajo las faldas de Rosario Murillo); aún hay muchas cosas por aclarar frente a tan álgido tema. Se debe admitir que la no coordinación diplomática entre los sucesivos gobiernos colombianos, le ha dado resultados al país centroamericano; ya se está notando la angustia de los raizales ante una posible llegada del gobierno nica, por cuanto no tendrían todas las facilidades económicas, sociales, ambientales y sostenibles que en cierta forma, Colombia les brinda (aunque hay varias razones para decir que es en solo teoría); sin dejar de pensar en los terribles efectos que tendría la construcción del Canal de Nicaragua sobre los mares, ya que se llevaría por delante la riqueza natural que aún persiste en la zona.

 

Hace un par de semanas, se dio una nueva audiencia en el Tribunal Máximo de la Haya frente a este tema, donde Colombia y Nicaragua expusieron sus argumentos, eso sí, coincidiendo en sendas acusaciones de intromisiones militares en zonas que se consideran ambas como propias. Se podría decir que los gobiernos de ambos países, en búsqueda de cortinas de humo que les podría ocultar los problemillas que han generado por la evasión a las reglas democráticas, se presentaron durante varios días, y están a la espera de un fallo correspondiente, que se podría dar en tiempos de elección presidencial en Colombia, donde podría incidir, bien sea positiva o negativamente, porque en Nicaragua Ortega y Murillo han emprendido una cacería de opositores, con falsos positivos incluidos. Pero hubo un detalle que no pasó desapercibido en la presentación colombiana; por primera vez se presentó un líder raizal del archipiélago para que pudiese exponer los argumentos de porque es peligrosa la injerencia nica para los habitantes de la zona, con razones que van desde la conservación del Medio Ambiente hasta el Desarrollo Sostenible, basado en la pesca artesanal como su fuente principal de empleo, ingresos y el turismo que proviene del interior del país, así se esté en tiempos de pandemia.

 

El Líder Kent Francis James, primer gobernador departamental nombrado en 1991, y exembajador en varios países del Caribe, llegó al salón del tribunal con las siguientes palabras (El Tiempo): “Los seguidores de la fe de los raizales son bautizados en el mar. Es un cementerio para los que se fueron y no regresaron. Es la fuente de historias reales y de ficción, de cuentos, de fábulas, de aventuras, de diversión y tristeza. Como dicen los raizales: es un regalo de Dios”. Demostrando que, si bien pertenecen a Colombia, se ha respetado sus creencias e ideologías raizales, incluyendo el creole como su propio idioma para expresarse; algo que podría desaparecer en manos de Danielito y Rosarito. En su discurso, cabe resaltar las siguientes frases (El Colombiano): “Los raizales dependen de los derechos de pesca tradicionales que se extienden por las grandes zonas marítimas que se cuestionan en este caso” …el mar es un espacio vital para los raizales, una ruta comercial para los pueblos criollos del suroeste del Caribe. Es su patrimonio económico. El mar es también su patrimonio cultural” … “Los raizales de San Andrés, Providencia y Santa Catalina tienen un vínculo natural con el mar: viven de él y lo consideran parte de su hábitat natural. Cualquier restricción a sus tradiciones históricas y culturales tendría un impacto significativo y negativo en su forma de vida e identidad.

 

Si bien es cierto que la diplomacia colombiana, y más en el gobierno de la descompuesta economía naranja y de la negación del internet a la educación en zonas rurales, es pésima y da lástima; hay que admitir que la presencia de un líder raizal en La Haya le dio un buen aporte a la defensa colombiana de su soberanía, algo que no se había hecho durante cuarenta años. Falta ver que dictamina la Corte en esta materia, pero de pronto pues se ratificarían los 75 mil kilómetros cuadrados que se deben devolver a Nicaragua, pero eso sí, respetando los derechos étnicos de los pobladores, así como los de los colombianos en materia de plataformas continentales y oceánicas, algo que el país centroamericano ha querido aumentar, hasta querer llegar cerca a Cartagena, lo que podría contribuir a un desastre ambiental que podría ser mortal para zonas como Sea Flower. Este tema seguirá dando motivos para debate durante mucho tiempo, incluso, después del fallo que se dé.

martes, 12 de octubre de 2021

LAS GARANTÍAS

 

Se entiende por garantía, el símbolo de transparencia y confianza que debe brindar toda persona y/o entidad, en aras de cumplir sus deberes y respetar los derechos de los demás. A nivel político, son todas las señales que un Estado muestra para satisfacer las necesidades del pueblo, así mismo, para permitir la libre expresión y el acceso a todos los derechos constitucionales. Todo eso se cumpliría en un país sensato, pero como Colombia ocurre todo lo contrario, nada es de confiar y un respiro estatal, puede ocasionar un daño grave a la democracia, como lo que se ha estado tramitando en el congreso de mayoría gobiernista (adulación al desgobierno Duque); ya que la derecha está en peligro de perder el poder en las elecciones de 2022, y perder toda su maquinaria burocrática, bien sea con el centro o con la izquierda. Ni siquiera la firma de un Acuerdo de Paz con el exgrupo guerrillero más grande y antiguo de la región, han podido calmar los ánimos (incluso sigue latente la propuesta de volver trizas lo que se ha avanzado en esta materia); porque para un gobierno impotente y prepotente como el actual, la guerra es su arma favorita para mantener unos privilegios.

 

Hace unos cuantos días, inició en el congreso el trámite de una Reforma Tributaria, que no fue concertada totalmente, y entre sus articulitos se encuentra la derogación parcial de la Ley de Garantías, que obliga al aparato estatal a no firmar contratos en un tiempo prudente durante la campaña electoral, incluso durante el día del sufragio. El Gobierno la ha defendido misteriosamente, y para la muestra, lo que dijo Iván Duque, desde Nueva York (El Colombiano): “En Colombia ya no hay reelección presidencial y eso implica que tengamos una circunstancia distinta. Hay que mirarlo en otro contexto, pensando en los alcaldes y gobernadores que tomaron posesión en enero de 2020, y que les ha tocado enfrentar una pandemia que les ha truncado aspiraciones y programas. En algo tiene razón, ya no hay reelección directa, pero la podrían revivir con un Referendo (o sea, se podrían saltar la ley), y si es para ayudar a los mandatarios locales, no es posible creer en tan filántropo interés, ya que, en las pasadas elecciones locales de 2019, el sector gobiernista fue uno de los más grandes perdedores, y sus relaciones con la mayoría de las administraciones locales, no ha sido la más fluida, al contrario, ha querido apoyar bajo la mesa, ciertas revocatorias.

 

¿Qué han dicho desde la oposición? El precandidato presidencial de la Coalición por la Esperanza, Juan Fernando Cristo, afirmó lo siguiente (El País – Cali): “nunca había visto que una ley estatutaria, que tiene unas mayorías especiales, unos requisitos especiales, un trámite especial de superioridad categoría a las leyes ordinarias, se pueda derogar mediante una ley ordinaria de presupuesto, que es de inferior categoría. Eso es groseramente inconstitucional”. Ya está implicando unos vicios de inconstitucionalidad, que, si bien se podrían fallar en la Corte Constitucional en un período posterior a las elecciones, dejaría una huella de desconfianza muy grave para la democracia colombiana; por el estilo de Maduro en Venezuela, Ortega en Nicaragua, Evo en Bolivia, Bolsonaro en Brasil y Trump en Estados Unidos. Aunque no se vería directamente en la persona de Iván Duque, si podría dar paso a personajes no muy deseados en la democracia como María Fernanda Cabal, Alirio Herrera o Rafael Nieto en la derecha, y en la izquierda el ego de Gustavo Francisco Petro Urrego. Se vendrían unos extremismos a acabar con lo poco que queda de este país de Macondo y Gabo.

 

Sí, es cierto que durante el gobierno Santos quisieron derogar esta Ley de Garantías, y se criticó fuertemente dando al traste; pero también hay que tener los ojos puestos en el actual gobierno, cuyo proceder ha sido dudoso, para la muestra una Reforma Tributaria presentada a las malas por el Ministro de Hacienda de ese entonces, el nefasto Alberto Carrasquilla, lo que originó un estallido social de dimensiones incalculables, que aún se están padeciendo en estos tiempos de pandemia. No queda más que estar atentos a cualquier accionar de “Construyendo País”, ya que destruye más de la cuenta, incluyendo las garantías de la democracia, tal como lo consagra la Constitución Política de 1991, vigente hoy. Así mismo, se debe convocar al pueblo a que se manifieste masivamente en las urnas, para evitar los extremos de izquierda y derecha, que no piensan en nadie, sino en sus egos; que se cumpla el Acuerdo de Paz para que la prosperidad en Colombia sea estable y duradera; que no se regrese a una espiral de violencia que azotó al país durante más de cincuenta años, sin causa justa; que los derechos de la gente sean cumplidos y respetados en su totalidad.

martes, 5 de octubre de 2021

EL FRÁGIL

 

Se sabía que un Gobierno del Centro Democrático le iba a meter zancadillas al Acuerdo de Paz firmado entre el Estado Colombiano (en cabeza de Juan Manuel Santos) y la antigua guerrilla de las Farc (hoy partido de los Comunes, en cabeza de Rodrigo Londoño); desde el inicio de diálogos en noviembre de 2012 le declararon guerra a muerte a lo que se venía desarrollando en La Habana, prometieron destruir todo para las elecciones de 2014, pero no lo lograron, que llegaría la ideología de género  con lo que pírricamente ganó el NO en el referendo del 2 de octubre de 2016, pero cuando se les consultó que se debería cambiar, salieron con un chorro de babas entonces al 24 de noviembre siguiente ya hubo un documento firmado en Bogotá, la Paz tenía un chance de florecer en Colombia. El 17 de junio de 2018, Iván Duque ganó las elecciones en segunda vuelta porque su contendor (Gustavo Petro) no pudo convencer de que apoyaba realmente el Acuerdo de Paz (y así pretende hacer campaña el año entrante), aunque en su discurso de posesión estuvo muy prudente, la verdad es que se ha empeñado más en quedar bien ante su patrón (Álvaro Uribe Vélez) que en esforzarse por hacer lo mejor para el país (Acuerdo de Paz).

 

Y como si no hubiese pasado nada, en un país donde aún no hay paz ni legalidad (Centros Poblados y derogación de Ley de Garantías), el Presidente Duque (Uribe en cuerpo ajeno), se ha empeñado en defender su mediocre gestión, incluso, con un discurso cínico y mentiroso, en la pasada Asamblea de Naciones Unidas, donde manifestó lo siguiente (El Tiempo): El frágil acuerdo de paz firmado en 2016 con el grupo terrorista de las Farc tiene hoy progresos significativos en el proceso de reincorporación de quienes están entrando en la legalidad, como lo ha comprobado la Misión de Observación de la ONU”. Quedó muy mal frente a la principal entidad mundial que ha apoyado incondicionalmente, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), sino que dio a entender que luchará por volverlo trizas hasta el último instante de su mandato (desgobierno), como lo quiere su movimiento político, un tal Centro Democrático. Y cuando alguien le va a reclamar por eso, sale con el cuento de que su tocayo de apellido Márquez (Jefe de la Nueva Marquetalia) se encuentra haciendo de las suyas en Venezuela, junto con el Paisa y Romaña, pero se le olvida algo que hace del Acuerdo un poco más fuerte.

 

¿Qué es? Más de 13 mil exguerrilleros y hoy reinsertados a la sociedad, se encuentran apoyando al mismo, trabajando en proyectos productivos en las ETCR´s. Se le olvida en buen trabajo que ha venido desempeñando el Alto Consejero para la Reincorporación, Emilio Archila, cuyos frutos se ven, cinco años después del “Habemus Acuerdo”. Ya entregaron todas sus armas y han cumplido su promesa de no volver a la guerra jamás, pese a que han sido objeto de amenazas y crímenes por parte de irracionales que prefieren la guerra como un negocio (de eso si que saben en el fhüribismo). Que las disidencias se encuentren aliadas con el narcotráfico, y en peleas contra los elenos, paracos y demás pestes de la ilegalidad; no desvirtúa lo que se ha avanzado en materia de paz y progreso hasta el presente, ojo Duque, no puede regresar a la guerra total, porque al primero que echarían sería a usted, así que mejor tómese un poquito de valeriana antes de hablar por hablar. Pero también se debe reflexionar en las brutalidades que se han hecho por querer congraciarse ante su patrón, con miras a seguir dando guerra, para favorecerse.

 

Primero, la objeción irresponsable y falta de argumentos contra la Ley Estatutaria que le da vida a la Justicia Especial Para la Paz (JEP), objeto de ataques vulgares de miembros de este gobierno (desgobierno); pero que se cayeron en la Corte Constitucional, y esta entidad, pese a tener todo tipo de problemas y limitaciones, sigue su trabajo con tal de esclarecer el Conflicto Interno que hubo. Segundo, permanecer indiferente ante el nulo avance en el Punto de Tierras. Tercero, envenenar lo relacionado a la Sustitución de Cultivos Ilícitos con Glifosato de una extraña marca, para regresar a un errado enfoque de la Guerra contra el Narcotráfico, propia de las mentes mojigatas. Cuarta, su oposición a la prórroga del funcionamiento de la Comisión de la Verdad, cuyo veredicto final se deberá conocer en la máxima instancia judicial del país. Y último, la negativa a darle mayor protección a Líderes Sociales en las regiones más apartadas del país, lo que ha contribuido al aumento de la criminalidad contra los mismos, empezando porque usted, Iván Duque y su equipo de gobierno, no se han querido comprometer con acciones sencillas como defender a capa y espada el Acuerdo de Escazú, una de las mejores estrategias para este fin. Conclusión, el frágil no es el acuerdo, sino su gobierno, que tambalea, Señor Presidente.