martes, 28 de septiembre de 2021

RIESGO EN LA CIRA

 

La infraestructura petrolera en Colombia, ha tenido problemas no solo de seguridad, sino también de mantenimiento, dadas las enormes diferencias que se han presentado entre Ecopetrol, Sindicatos y Contratistas. Por ende, las consecuencias para el Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible han sido desastrosas, incluso algunas con efectos irreversibles, las inversiones en planes de contingencia para enfrentar estos problemas han sido infinitas, pero siguen las dudas en cuanto al manejo ambiental que se le están dando a este tipo de proyectos, ya que en el Gremio de los Hidrocarburos, los asuntos medioambientales siguen siendo secundarios, solo prima el interés económico y político, lo cual no significa que deban desaparecer de un solo tajo este tipo de actividades, ya que generan inversiones, ingresos y empleos para el país; sumando el hecho de que mucha gente ha desarrollado un estilo de vida, que independiente de estar o no de acuerdo, se debe respetar. Debe haber una actualización en los conceptos de Conciencia Ambiental para que haya el equilibrio necesario entre Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, así como la integración de la comunidad como un agente vigilante de la buena disposición de estos trabajos y los recursos generados por los mismos.

 

El caso de la siguiente columna ocurrió en el Campo Petrolero La Cira, ubicado en inmediaciones del municipio de Barrancabermeja (Santander). Hace dos semanas aproximadamente, se produjeron unos ataques contra las instalaciones petroleras, sin que hasta el momentos hayan sido descubiertos sus perpetradores. Frente a lo anterior, el Alcalde de este municipio, Alfonso Eljach, manifestó lo siguiente (Radio Nacional de Colombia): “aún no existe evidencia alguna que indique la autoría de los hechos”. En cuanto a la Empresa Petrolera Colombiana, su Gerente de Operaciones en ese campo, Julio Cesar Varela, manifestó lo siguiente (Radio Nacional de Colombia): “Las dos líneas de producción presentan roturas de gran tamaño y generaron afectación en suelos y vegetación por el derrame de hidrocarburos”. Si bien no se generaron pérdidas humanas, pero si hubo contaminación del suelo, destrucción de árboles y desplazamiento de fauna. Los trabajos petroleros en la zona debieron ser suspendidos mientras se controla la situación. En su página web, Ecopetrol hace un pronunciamiento sobre este problema, de donde se pueden extraer los siguientes párrafos: “El primer evento ocurrió en el oleoducto de 12 pulgadas que transporta crudo desde la Planta Deshidratadora El Centro a la refinería de Barrancabermeja, a la altura del sector de Planta Nueva. El segundo fue perpetrado en la línea de transferencia de 12 pulgadas que transporta crudo desde la Estación La Cira Infantas 1 a la Estación La Cira Infantas 3 A, en campo 45”.

 

Hablar de problemas en la infraestructura petrolera en Colombia es un asunto que lleva más de 50 años, por cuanto ha sido la actividad favorita de los grupos al margen de la ley, así como se han beneficiado ciertos dirigentes (izquierda y derecha) de un país vecino, como los atentados a los oleoductos Caño Limón – Coveñas y Trasandino. Ni hablar del terrible acto en un gaseoducto en inmediaciones de Machuca (Antioquia), donde murieron más de ochenta personas, por la acción criminal del ELN. Es triste que el Petróleo, que ha tenido que ver con el progreso del país, aunque su papel se ha ido esfumando con el paso del tiempo (haciendo un llamado hacia una transición planificada hacia energías limpias), el principal producto de exportación del país, se relacione con la destrucción del Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible. Este hecho demuestra que, para ciertas organizaciones delictivas, la destrucción de la infraestructura de un país puede ser su mayor golpe para ganar posición dentro del mundo del hampa.

 

En cuanto a esta zona del Departamento de Santander y en las riveras del Río Magdalena, hay que tener en cuenta que a pesar de todos los problemas sociales y de orden público que ha tenido desde hace más de 200 años, posee una de las mayores riquezas ambientales en el país. Por ejemplo, allá se encuentra ubicado el Manatí de Agua Dulce, especie endémica y orgullo colombiano. Eso sí, teniendo en cuenta que el desarrollo de estas actividades de ingeniería de hidrocarburos, le ha traído efectos positivos al puerto petrolero, le ha dado empleo e ingresos a su comunidad. Pero también se hace un imperioso llamado a actualizar y capacitar mejor en la atención a este tipo de desastres ambientales, bien sea generados por actos criminales como este, o por accidentes laborales, ya que aún se generan muchas dudas en cuanto a la respuesta que se le está dando, tanto por Ecopetrol como por Multinacionales y Empresas de Servicios; y sobre todo, se requiere un riguroso control por parte de las Autoridades Ambientales, donde no solo sean unos fortines burocráticos para el apetito político, sino también vigilantes estrictos del cumplimiento de los Planes de Manejo Ambiental.

martes, 21 de septiembre de 2021

AGRICULTURA PARAMUNA

 

En los últimos días, se ha comentado mucho de las actividades agrícolas en zonas de páramos, no solo por la importancia que tienen para la sostenibilidad de este país, sino también por sus posibles impactos ambientales, dependiendo de que se hagan con responsabilidad o no. Basta con recordar que en estas zonas montañosas se producen alimentos como la papa, así como se utilizan grandes zonas para la ganadería, como en Cundinamarca y Boyacá. De ahí a que cualquier decisión que se tome a su respecto, tenga unas repercusiones que si habría un buen gobierno (todo lo contrario, a la podrida economía naranja de Duque, Uribe en Cuerpo Ajeno), podría beneficiar tanto a quienes dependen de estas actividades, así como al Medio Ambiente y al Desarrollo Sostenible. Y más si se trata de la máxima instancia judicial de Colombia, como lo es la Corte Constitucional, cuyo fin es la definición de sentencias dentro del marco jurídico de la Carta Magna del País, que hace un par de meses cumplió treinta años de existencia; y que se esté de acuerdo o no con sus fallos, estos deben ser recatados y aplicados para lograr las garantías a todos los habitantes del Estado.

 

En días pasados, el ente mayor judicial, emitió un fallo donde declaró exequible el Artículo de la Ley 30 de 2018, donde se permite la realización de pequeños proyectos agrícolas y ganaderos de bajo impacto, en zonas paramunas, a campesinos y comunidades étnicas. La ponencia fue del Magistrado Jorge Enrique Ibáñez, de donde se puede extraer el siguiente párrafo (Caracol Radio): “vincula a la institucionalidad ambiental y agraria, y a las entidades territoriales para que identifiquen las actividades que ya se venían desarrollando en las áreas delimitadas, regulen las actividades de bajo impacto, las incorporen en los planes de manejo ambiental de cada zona, capaciten a las comunidades e inviertan en planes y proyectos que les permitan adoptar buenas prácticas que cumplan con estándares ambientales en defensa de los páramos”. Por una parte, se reconoce la importancia que tiene para esta población el desarrollo adecuado de estas actividades en sus tierras, así como la importancia de consultarles sobre las decisiones que puedan afectar su trabajo, ya que constituyen uno de los renglones más importantes para la supervivencia de este país. Pero también se enfatiza en la importancia para delimitar las zonas (teniendo en cuenta asuntos ancestrales) buscando que el desarrollo de estas actividades, no afecte a los páramos, que son considerados las principales fuentes de agua para Colombia, el país con más páramos en el mundo.

 

¿Quién puso la demanda contra este artículo? El Abogado Francisco Lara, había interpuesto una demanda en esta instancia judicial, bajo los siguientes argumentos (El Espectador): “No se debe habilitar la actividad agropecuaria porque las consecuencias se verán no a cinco, 10 o 15 años, sino que las verdaderas consecuencias de permitir habilitaciones en ecosistemas la vivirán nuestros hijos o nietos”. Entre otras cosas, en su documento, el Abogado mencionó el Acuerdo de Paz como una de las razones para su demanda, ya que afirma que los campesinos y etnias deben ser reubicados en Zonas de Frontera Agrícola, lo cual no descarta que los páramos no puedan incluirse ahí, y respetar actividades que se han hecho, respetando el Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible. Y precisamente, uno de los primeros aspectos del documento elaborado en La Habana (Cuba) habla sobre la importancia de la agricultura como motor de desarrollo en el país, y de ahí a que se hayan respetado las zonas para estas labores (incluyendo los páramos), así como no puede haber partes del territorio colombiano vedadas para el desarrollo del Acuerdo (así en algunos casos, solo se encuentre en el papel).

 

Idealmente, alguien quisiera que el país fuese una Reserva Natural completa, donde nadie interviniese ni hubiese ninguna actividad, pero en la práctica eso es imposible. La agricultura y la ganadería rurales (respetando el Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible), han sido los faros para la independencia y el desarrollo de Colombia, así como fuente de varios productos de exportación (materias primas), luego, cortar de un solo tajo estos proyectos, sería cercenar la sostenibilidad de las zonas rurales, lo que si podría generar un caos alimenticio y social de dimensiones incalculadas. Es recomendable vigilar que estos proyectos no se salgan de control y puedan ocasionar daños ambientales; para eso están las autoridades ambientales correspondientes, pero no se puede pensar en un imposible como Colombia un solo Bosque, aquí no se puede escapar a la realidad, además, todos los habitantes alguna vez han saboreado los productos producidos en zonas de páramos, empezando por el agua que se guarda ahí. Para que el Medio Ambiente se conserve en medio de su intervención, se debe trabajar mancomunadamente con el Desarrollo Sostenible en aras de conseguir el equilibrio necesario para que se garantice el Derecho a la Alimentación.

martes, 14 de septiembre de 2021

AMNISTÍA ARROGANTE

 

Ese tal Álvaro Uribe Vélez, muy ágil en la carrera política y muy jodido (por no decir otra palabra) en la vida, ha querido imponer su ideología a las buenas o a las malas, y, por ende, anda proponiendo debates de agresividad para no perderse del panorama nacional. Sabe que el país se mueve alrededor de cualquier cosa que diga o haga, por más estúpida que sea; y por eso, ciertos dirigentes tratan de copiarle su estilo egocéntrico y anticolombiano (¿cierto Gustavo Francisco Petro Urrego?), y en las redes sociales se vuelve tendencia, incluso hasta un quejido que dé. Y por lo anterior, la propuesta que hizo, en una reunión donde él y sus hijitos (Tomás y Jerónimo) agredieron a los miembros de la Comisión de la Verdad, hizo una propuesta que levantó polvareda en este país del sagrado corazón de Jesús (donde está incluido el envidioso y lgbtiq – fóbico párroco de Natagaima); un proyecto de acto legislativo que daría una amnistía sin límites para los miembros de la clase política que estuviesen condenados por delitos aparentemente diferentes a los crímenes de lesa humanidad, bajo el pretexto de que podría contribuir a la paz que tanto necesita Colombia, lo cual no es muy convincente, ya que la guerra ha sido su negocio.

 

Es bien sabido que el Estado Colombiano, por haberse adscrito a la Corte Penal Internacional y al Tratado de Roma, no puede conceder mediante decreto o acto legislativo, una Amnistía General, ya que intervendrían los tribunales internacionales para establecer la gravedad de los delitos cometidos y las condenas a sus responsables, algo que no sería muy agradable. ¿Entonces que quiere el expresidente con su propuesta? Primero, mostrar su rechazo al Acuerdo de Paz firmado entre el Estado Colombiano (en cabeza de Juan Manuel Santos y la antigua guerrilla de las Farc); segundo, demostrar que hará lo posible por volverlo trizas; tercero, tratar de volar en mil pedazos (a nivel político) la JEP y la Comisión de la Verdad. Para la muestra, la campaña por el NO en el plebiscito del dos de octubre de 2016 que ganó por cincuenta mil votos no más, pero al final, se firmó el acuerdo para su amargura. Esto a Carnitas y Huesitos lo dejó con un síncope ególatra, incluso, con la llegada de Iván Duque a la Casa de Nariño en 2018, y pese al maltrato que se le ha dado al acuerdo, éste sigue avanzando, así esté cojo, tuerto, mueco y adolorido de la espalda y su final.

 

¿Con esta Amnistía Arrogante a quienes se beneficiaría? Primero, a los condenados por la Parapolítica, quienes, en la Seguridad Democrática, fueron sus principales aliados, como Miguel Pinedo Vidal, Rocío Arias, Trino Luna, Mario Uribe, Eleonora Pineda, entre otras joyitas. Esto tendría una simple razón; el Centro Democrático, debido al desgaste del Gobierno (desgobierno) Duque, así como rencillas internas y voces de oposición que se han hecho sentir (el Representante a la Cámara Gabriel Santos, por ejemplo), han hecho que el movimiento político de extrema derecha esté perdiendo peso político en Colombia, y, por ende, se encuentra a merced de una posible debacle en las elecciones, legislativas y ejecutivas, del año entrante. Y que más lógico que llamar a viejos gamonales (así estén pagando cana) para darle un pequeño empuje y así lograr tener un caudal político que le permita pasar esta crisis. Ni hablar de las chuzadas, ni de la falsa desmovilización del Falso Bloque Cacica la Gaitana (con el Doctor Ternura, Luis Carlos Restrepo) ni de Odebrecht (así Salustianito le haya desaparecido cositas por ahí) o la Zona Franca de Tom y Jerry.

 

¿Se beneficiaría solo la corrupción de la derecha? No, también habría espacio para la izquierda, y para la muestra, los hermanos Iván y Samuel Moreno Rojas. Basta con recordar que durante las administraciones locales del primero en Bucaramanga (con la quema de archivos) y del segundo en Bogotá (carrusel de la contratación), hubo mucha empatía con la mano firme y el corazón grande, del dueño del Ubérrimo. Los hijos de la capitana María Eugenia y nietos del golpista Gurropin, se encuentran pagando en prisión las máximas penas por casos de corrupción que se han dado en el país.  Y una amnistía también los traería de regreso a las calles y a la arena política, lo que rompería en mil pedazos la centro – izquierda, por cuanto los demás integrantes de la misma no estarían dispuestos a hacer proyectos con estos amiguetes de carnitas y huesitos. Miren el impacto que podría tener las palabritas del supremo ególatra, hijo de Alberto y Laura, y esposo de Lina. Aquí no solo es cuestión de perdonar por perdonar, sino destruir por destruir, y es algo en que todo el país debe sentar un precedente para evitar una hecatombe de dimensiones insospechadas.

martes, 7 de septiembre de 2021

TRANSICIÓN ENERGÉTICA

 

Hacer el cambio de Energías Fósiles a Energías Limpias es una obligación si se quiere salvar el Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible, pero también se debe tener en cuenta que se necesitan los pocos beneficios que tienen las primeras para implementar (tanto a nivel técnico como económico y social) las segundas, con el fin de iniciar un equilibrio que se necesita para que dicha transición surta más oportunidades y fortalezas, que debilidades y amenazas. No es coger la varita mágica de un hada madrina o de un mesías (gente en la actividad política, que se creen unos dioses, pero solo arman problemas) y desaparecer las energías tradicionales (fósiles) de un día para otro, para que supuestamente canten los pájaros y florezcan los girasoles del amor; esto es un trabajo a corto, mediano y largo plazo; donde todas y todos contribuimos, con cultura ciudadana y conciencia ambiental, donde la pedagogía y la concertación sean los máximos exponentes del trabajo, y se tengan los suficientes argumentos legales para hacer entender que los dos tipos de energía tendrán que convivir un buen tiempo para lograr una excelente transición, sin afectar la economía global y contrarrestar con las mejores estrategias, el cambio climático inminente.

 

Muchas personas han opinado sobre el tema, unas con argumentos muy interesantes, de acuerdo o no con este cambio que se requiere; pero si se quiere contribuir al sano debate, donde la comunidad quede lo suficientemente ilustrada para asumir con entereza este reto. Entre quienes han estado al tanto de este debate y ha presentado unas excelentes razones para que se haga este proceso, está la del Senador de Dignidad, Jorge Enrique Robledo Castillo, uno de los dirigentes políticos que más ha estudiado sobre el tema de las energías fósiles en Colombia, no solo por su cercanía con los dirigentes de la Unión Sindical Obrera, principal sindicato de la Empresa Colombiana de Petróleos S.A (Ecopetrol); sino también por su vigilancia sobre las concesiones que se han hecho en esta materia, para la muestra, sus denuncias que fueron verificadas acerca de los problemas que se estaban presentando en el Campo Rubiales hace diez años, cuando su administrador era la Pacific Rubiales Energy Co., compañía que un tiempo más tarde salió del país. Se recomienda leer su columna “Las Complejidades de la Transición Energética”, de donde a continuación, se extraen los siguientes párrafos para hacer un pequeño análisis en la presente columna.

 

“Y que el mundo tiene que definir una política de transición energética, o sea, de hacer cambios en la energía que se utiliza para que ese fenómeno del calentamiento se ponga bajo control”. Si señor, se necesita una Política Global para poder llevar a cabo este cambio de una manera exitosa. No se puede ir de forma individual para no cometer el mismo fracaso de la guerra contra las drogas, donde se ponen los muertos y los decomisos, pero a cambio no se recibe nada. Está claro que las energías fósiles son las principales generadoras de ingresos, empleo y alternativas sociales en varios países del mundo, incluida Colombia; y por ende, una modificación y/o actualización en esta materia, deberá hacerse con un plan concertado, que requerirá un buen tiempo para su puesta en marcha, sin afectar la estabilidad de estas naciones (en su mayoría pertenecientes al tercer mundo, o en vía de desarrollo), de por sí, afectada por guerras y corrupción durante varios siglos. No se puede exigir a Arabia Saudita o México, que se deshagan de su infraestructura petrolera de un día para otro, para que vuelvan los bosques al desierto del Sahara, como lo están exigiendo los populistas de izquierda y derecha, porque el efecto sería peor. Aquí se requiere un trabajo mancomunado con paciencia y organización, donde se verán problemas, pero que con diálogo se podrán solucionar.

 

“Dejar de exportar petróleo no nos resuelve ningún problema y si nos golpea nuestra economía”. Toca recordar que el petróleo es el principal generador de ingresos por concepto de exportación; representando alrededor del 60% de los mismos, en cantidad. Además, basta con recordar todas los empleos directos e indirectos que ha generado durante los cien años aproximados que ha funcionado; incluyendo el gas, que se transformó en un servicio público muy accesible por sus precios bajos, y sus diversas funciones (cocina, aseo personal, transporte); desconocer estos beneficios sería ridículo, y en ciertos casos, peligroso. Y otra cosa que se debe tener en cuenta; una empresa como Ecopetrol, independiente de estar o no de acuerdo con su proceder, ha iniciado unos pilotos con fuentes de energías limpias, debido a que los ingresos proporcionados por las fósiles, le ha permitido poner en marcha procesos de responsabilidad social y corporativa; que aún necesitan del trabajo hecho en las energías tradicionales. Si se acaba de un plumazo con lo que se ha venido haciendo, ya no habrá espacio para las energías alternativas, algo en lo que se debe pensar antes de dar un nuevo paso en la transición.

 

PD: Si bien, el autor de la presente columna, siendo Ingeniero de Petróleos, pero no trabajando en esta industria hoy en día y defensor de las Energías Limpias, sabe que muchos colegas han tenido en su profesión un estilo de vida responsable, y que estarían dispuestos a trabajar con la comunidad, de forma ordenada y responsablemente, en una transición planificada y concertada.