martes, 19 de marzo de 2024

EN AGOSTO NOS VEMOS

 

Toda obra de Gabriel García Márquez, sin lugar a dudas, será un boom cuando salga y un éxito comercial, independiente de que el mismo Gabo se encuentre en el más allá (hace diez años murió, y al igual que Úrsula Iguarán, en un jueves santo). La última obra “En Agosto Nos Vemos”, ha sobresalido por tener un relato sencillo y agradable sobre un tema que continúa siendo espinoso en pleno siglo XXI (las aventuras de una persona casi cincuentona, dando sus últimos pasos en las lides de los encuentros casuales, cuando su vida de pareja y familia se ha transformado en una rutina que no le permite crear). Se ha hablado mucho de que los hijos de Gabo (Rodrigo y Gonzalo) no siguieron supuestamente las indicaciones de su padre; que Mercedes (para quien por supuesto, esta obra va dedicada) ya no está; solo ambos en el más allá saben si sus hijos hicieron bien o mal, y si es del caso, les harán las respectivas reprimendas. Pero se debe entender algo, Rodrigo y Gonzalo son los herederos naturales de todo el trabajo hecho por el Nobel a lo largo de 65 años de trabajo en la Literatura y el Periodismo; ni que Random House se hubiese atrevido a meterse en semejante aventura ni Cristóbal Pera hubiese aceptado ser el Director de la Edición, quien se encargaría de pulirla.

 

¿De que consta “En Agosto Nos Vemos”? Primero, tiene una explicación hecha a cuatro manos por parte de Rodrigo y Gonzalo García Barcha, donde ofrecen su verdad sobre porqué decidieron publicar esta obra, cuando parece que, a Gabo, no se habría sentido satisfecho con la misma. Hay una parte que llama mucho la atención sobre este capítulo; el libro lo empezó a escribir Gabo en tiempos que ya el Alzheimer trataba de atraparlo en su laberinto, y, por consiguiente; se le dificultaba más escribir; basta recordar que la última obra del Nobel, publicada en vida, fue “Memoria de mis Putas Tristes” en 2004, que tuvo un éxito monumental, y si bien trataba de un tema polémico, Gabo supo manejar su imaginación para darle un carácter alegre y macondiano. En la parte final, Rodrigo y Gonzalo piden disculpas a su padre por haber publicado esta maravillosa obra, pero lo justifican bajo el argumento de que es una belleza luego de que la pérdida de memoria le pusiera retos difíciles de cumplir al escritor, pero que los superó con todas las fuerzas y todo el encanto.

 

La segunda parte consta de los seis capítulos de la obra en sí, no es tan avasalladora como “Cien Años de Soledad”, “El General en su Laberinto” y/o “Vivir para Contarla”, pero si recrea toda esa prosa e imaginación que tenía Gabo en vida para hacer maravillas con su cerebro y una máquina de escribir, en un relato sencillo y que atrae a primera vista. Ana Magdalena Bach (AMB, protagonista de la obra), es una mujer que se va aproximando a los cincuenta años, y cada 16 de agosto se embarca en un viaje en transbordador cruzando el mar durante cuatro horas a una isla, en cuyo cementerio se encuentra el cuerpo de su señora madre, fallecida unos años antes. Todo cambia cuando conoce a un hombre en el hotel, con quien tiene un encuentro casual pero que luego la ofende cuando le deja un billete de veinte dólares; después tendrá otros encuentros casuales durante tres años con otros hombres, pero que en el fondo la dejarán vacía. La crisis explota cuando ella se vuelve a encontrar con el primer hombre en la isla, quien ha estado llevando flores a la tumba de su madre, haciendo que el rumor sobre los dos crezca en dicho lugar, lo que conduce a que AMB decida sacar los restos de su madre del cementerio y se los lleve de la isla, sin dejar a un lado los cambios que en la vida familiar le imponen estas circunstancias.

 

La última parte, consta de la explicación del Director de Edición Cristóbal Péra, quien trabajó personalmente con el Nobel y su secretaria en la redacción de esta obra (En Agosto Nos Vemos) en su casa en Ciudad de México, cuando Random House se había informado sobre esta obra (incluso, Gabo en un evento especial, en vez de dar un discurso tradicional, leyó apartes de esta novela en sus inicios); puede que no suene muy ético y/o correctamente político haberla publicado, pero si tiene la ventaja de ser una obra sencilla para leer pero que tiene toda la fuerza para llevar a quien la lee en el mundo mágico del Ilustre Hijo de Aracataca (Magdalena), en lo que tal vez es su última obra escrita en vida, que fue publicada diez años después de su muerte. El Autor de la Presente Columna, aclara que no es experto en Obras Literarias, pero que, si tuvo la suficiente curiosidad para adentrarse en el mundo de AMB, y constatar, que el quinto piso de la vida llega con una nube que pide serenidad luego de la pasión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario