martes, 16 de abril de 2024

AHORRO DE AGUA

 

Comenzó el racionamiento de agua en Bogotá el pasado jueves 11 de abril del presente año, y como van las cosas, con un “Fenómeno del Niño” ya con bigote y musculoso, se podría extender por lo menos hasta mitad de año. Pero debería dejar unas cuantas enseñanzas al Estado Colombiano esta coyuntura (ya que es seguro que tendrá que tomarse medidas similares en la mayoría de regiones del país), esperando a que en el próximo mes vengan por fin las lluvias, y estar preparados a que la Niña venga con mucha intensidad desde septiembre entrante. Ya el tema de moda en la capital no es la primera línea del metro (que parece ya haber ganado el pulso el sistema elevado sobre el subterráneo), ni las marchas tanto petristas como uribistas (que han ido perdiendo terreno y fuerza), es el racionamiento de agua y la cultura del ahorro que debería venir como consecuencia, así hayan unos cuantos populacheros que quieran derrocharla bajo el argumento de “usted no sabe quien soy yo”, y unos cuantos genios de la clase política del país, aprovechen la situación para sacar a relucir sus ocultas rabias, y querer sacar beneficio con miras a las elecciones de 2026. ¿Cierto que el Gobierno (Desgobierno) Petro ha pasado de agache frente al tema?

 

¿Qué dice el Gobierno Distrital? Una frase contundente del Alcalde Mayor de la Ciudad, Carlos Fernando Galán (CNN en Español): "Esto lo vamos a lograr si nos unimos como ciudad. Primero, cambiando el comportamiento y reduciendo el consumo de agua. Segundo, ese cambio no es suficiente de todas maneras tenemos que hacer las restricciones". Es una buena idea retomar los legados del ExAlcalde, Antanas Mockus, sobre el ahorro en los servicios públicos, y que si bien se necesitan medidas drásticas, la cuestión debe venir de la cultura ciudadana, sin importar estrato, posición social, ideología política. En 1997, se vivió una situación similar y ahí fue cuando Mockus salió en una excelente intervención en televisión, hablando sobre el tema, incluso puso un envase plástico de gaseosa lleno con agua, en el tanque de un sanitario, que es una gran alternativa para ahorrar el consumo del preciado líquido. De todos los servicios públicos, el del agua es el más básico, por cuanto compromete el líquido vital, sin el cual la humanidad desaparecería por completo; pero también se han reiterado medidas efectivas como la de cerrar el grifo cuando se enjabona o se tiene el cepillo de dientes trabajando en la dentadura, entre otros.

 

No es cuestión de vivir sucios o cochinos el resto de la vida, el asunto es que todo el mundo debe tener el mismo acceso al líquido vital, que los embalses que surten del agua a la Capital Colombiana, se encuentran en niveles tan bajos que no se veían desde hace más de 30 años (apagón Cesar Gaviria, ciertamente). Se debería restringir al máximo el uso de la manguera para regar jardines o lavar vehículos, minimizar el consumo a la hora de lavar platos y vasos, lo mismo que con la ropa (lavanderías solo usarlas lo estrictamente necesario), bañarse de a dos (con el agua para uno), comprar agua en botellas para consumo alimenticio, verificar que grifos y válvulas queden bien cerrados, que no hayan escapes por ahí, reducir lo más que se pueda el uso del sanitario; son muchas las medidas con las que se puede contribuir a que este problema de la escasez de agua no se salga de control, todo parte de una Cultura Ciudadana con Pedagogía incluida. Lamentablemente, por ahí en plena época de racionamiento, se han visto unos cuantos irresponsables usando manguera a todo taco, limpiando fachadas de edificio cuando no es necesario, o escapes por falta de mantenimiento.

 

Es tan fácil aprovechar la Cultura del Ahorro de Agua, que se puede aplicar también a los demás servicios públicos; energía eléctrica, gas domiciliario, comunicaciones y televisión; no hacer del desperdicio una muestra de tener un estatus social muy alto, solo gastar lo necesario y así no llegar a un punto de sequía total donde las consecuencias sean irreversibles y la vida en la Atenas Suramericana sea imposible. Ni hablar de la posibilidad de una guerra mundial por el agua, que se podría venir en unos años, dados los niveles de sequía en todo el planeta (lo que no se soluciona con destrucción total y caótica de la logística de energías fósiles, lo que se requiere es una transición organizada y justa hacia energías limpias), no es tener un discurso populista para echarlo como cháchara en cuanto pueblo se visita (¿cierto Gustavo Francisco?), es de Cultura Ciudadana (como insistió Antanas Mockus). Por todo lo anterior, las medias del ahorro del agua deberán ser permanentes si se quiere darle una vida digna al planeta, donde se pueda vivir sin ningún inconveniente.

 

PD: ¿Porqué la Bogotá Inhumana, perdón, Humana, de Gustavo Francisco Petro Urrego, impidió la construcción de Chingaza II, que hubiera podido aminorar la situación que se vive hoy?

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