miércoles, 18 de octubre de 2023

LA DESCONFIANZA

 

Se supone que uno de los asuntos que llevó a Gustavo Francisco Petro Urrego, a la Presidencia, sería enderezar el camino hacia la Paz en Colombia, ya que hablaba mucho de ella en campaña como si la fuese apoyado realmente (¿?). Además de venir de un Proceso de Paz en los noventas que se hizo entre el Estado Colombiano y la antigua guerrilla del M-19 (de donde era militante), su ideología “progresista” hacía ilusionar que la paloma blanca por fin volaría sobre territorio colombiano sin ningún problema. Como se puede recordar, durante el gobierno (desgobierno) de Iván Duque Márquez, no se hizo mayor cosa por la implementación del Acuerdo de Paz suscrito con la antigua guerrilla de las Farc; lo que ocasionó el crecimiento de grupos ilegales, que unas veces se hacen pasar de izquierda y otras de derecha, el narcotráfico recuperó terreno y la tranquilidad que se había logrado en el territorio colombiano, volviese a desaparecer, dejando un mal sabor. ¿Pero qué ha pasado desde el siete de agosto del año inmediatamente anterior? El Presidente Petro, en medio de su arrogancia (igualito a Uribe), no ha querido escuchar a nadie, se ha dedicado a menospreciar el Acuerdo de la Habana con las Farc, ha querido imponer ceses de fuego a grupos ilegales como las disidencias y el ELN, quienes se le han reído en la cara.

 

Sin lugar a dudas, son diálogos de paz que difícilmente llegarán a un acuerdo durante este gobierno, pero que tienen el aval, ya que la búsqueda de la misma, es algo que no solo permite la constitución, sino que, en el fondo, los colombianos y las colombianas apoyan, pese a la desconfianza justa hacia este gobierno. En días pasados se reunieron delegaciones del Gobierno Petro (en cabeza del Comisionado de Paz, Danilo Rueda, y  el Estado Mayor Central (EMC) de las Disidencias de las Farc, que son comandadas por alias “Iván Mordisco”, un sujeto que traicionó cínicamente, al igual que “Iván Márquez”, el Acuerdo de la Habana; incluso hubo una vendetta entre ellos mismos donde murieron los ñeros “El Paisa”, “Romaña” y “Jesús Santrich”, en territorio venezolano, con la bendición del régimen autoritario de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello. Petro quiere hacer aparecer como un Proceso de Paz más estructurado este, pero en la realidad es una colcha de retazos que no se sabe de donde viene ni para donde va, es algo que por más diálogos y acuerdos que tenga, genera una desconfianza permanente, sumándole que se quiere pisotear el Acuerdo de la Habana.

 

¿Cómo se darían los supuestos diálogos con el EMC de las disidencias de las Farc? El pasado ocho de octubre, en zona rural de Tibú (Norte de Santander), se dieron unos compromisos entre ambas partes, en medio de una jornada donde hubo momentos polémicos como el de “el movimiento social llevó a Petro a la Presidencia, y de ser necesario, lo tumbará de allá”, donde se dio una etapa de alistamiento (¿alguien sabe que es?) hasta el 16 de octubre, para luego ir hacia un Cese de Fuego Bilateral que duraría unos tres meses. Pero aquí hay un problema de marca mayor; ya las disidencias de Iván Mordisco chillaron porque los mecanismos de verificación de dicho cese al fuego no les gustan, como quien dice, podría seguir la plomacera por un buen rato. Para que vean lo complicadas que son estas disidencias, muy distintas a la nefasta Segunda Marquetalia de Iván Márquez, hay que leer el informe especial que preparó el periodista Santiago Torrado para El País de España, donde se puede leer lo siguiente: “Más que facciones con una estructura jerárquica que imparte directrices a toda la organización, las disidencias son una federación de grupos bajo una misma sombrilla, pero con intereses, formas de operar y grados de articulación diversos, además de una gran autonomía en su funcionamiento a nivel territorial”.

 

Ojalá estos diálogos den algún fruto, o se solidifiquen, para que el próximo gobierno que llegue el siete de agosto de 2026, los lleve a buen puerto. Pero la desconfianza ya está dada y parece ser permanente, por cuanto el Presidente Petro sigue empecinado en volver trizas el Acuerdo de la Habana, con unas mentiras del siguiente estilo de “Antro de Corrupción”, sobre todo el PNISS (Sustitución de Cultivos Ilícitos). Frente a lo anterior, tanto el Expresidente Juan Manuel Santos, como el ExComisionado de Paz, Sergio Jaramillo, el ExJefe del Equipo Negociador, Humberto de la Calle, y Eduardo Díaz Uribe, ExDirector de Sustitución de Cultivos Ilícitos han salido a refutar la calumnia. En diálogo con Caracol Radio, este último dijo lo siguiente: “El programa de Sustitución de Cultivos no fue una invención mía, ni de Pardo, ni de Santos, y así lo definió el Acuerdo de Paz por una sencilla razón, hoy la ley, en el Código Penal, se establece que tener cultivos ilícitos es un delito según el artículo 375 y en materia penal las responsabilidades son individuales y no colectivas”. Como dicen por ahí, Petro se está volviendo aliado de Uribe.

 

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