miércoles, 11 de octubre de 2023

QUINTERÍN

 

Hay políticos que se caracterizan por ciertas cosas, ser populistas, empelotarse, cantar, tener la maquinaria estatal a favor, incitar a la guerra, en fin; pero el caso de la presente columna es suigéneris, por cuanto es un personaje que ha pasado por todos los espectros de la política y la politiquería, con muchos tomates, e indebida participación en política en la pasada campaña presidencial. El se autoproclama como un didacta, porque supuestamente le tocó ir de asistente a la universidad, tuvo la trágica muerte de su señora madre cuando era un adolescente, tiene carisma y atrae a la gente, pero a la hora de la verdad, resultó ser una decepción y un tibio total a la hora de las decisiones importantes que necesita este país. Se trata del Exviceministro de las TIC´s y Exalcalde de Medellín, Daniel Quintero Calle (alias Quinterín), el mismo del Partido del Tomate, el esposo de Diana Osorio; un personaje exótico con un ego tan grande como el Área Metropolitana del Valle de Aburrá, que al igual que Petro, le fascina imponer su criterio sin importar las consecuencias negativas que pueda implicar, acusó irresponsablemente a diestra y siniestra a dirigentes sobre los problemas de Hidroituango (mal asesorado por una tal Isabel Zuleta). Pregunta; ¿porqué tan callado y tan tibio frente al bullying del Pacto Histórico y la Colombia Humana contra la Alcaldesa de Bogotá, Claudia López?, ¿cosas de 2026?

 

Todo comienza cuando gana sorpresivamente la Alcaldía de Medellín el 27 de octubre de 2019, derrotando al candidato uribista Esteban Ramos (hijo del polémico y nada confiable Luis Alfredo Ramos). Se pensaba que le daría un nuevo giro en cuanto al manejo de la ciudad y de Empresas Públicas de Medellín (EPM); se veía interesante la propuesta del Valle del Software (de lo que no se ve mayores logros), pero le pudo más el ego y la arrogancia. Le declaró la guerra a la Junta Directiva de EPM sin medir las consecuencias de su irresponsabilidad, sacó a sombrerazos al primer gerente que tuvo en su administración (Álvaro Rendón) para poner uno más cercano a su ego (Jorge Carrillo). Cuando se presentaron unos problemas con Hidroituango, se dedicó a mechonearse con Sergio Fajardo en las Redes Sociales, cosa que no sirvió de a mucho, porque el Plan de Contingencia que hay funcionó bien. Pero Quinterín no se quedó quieto y empezó a estar presente en varios escándalos del estilo “usted no sabe quien soy yo”, y siguió esta historia estilo Negra Candela.

 

En la pasada campaña presidencial, Quinterín apareció en un video donde trata de prender su carro diciendo “el cambio en primera”, en una clara participación en política a favor de Gustavo Petro. Vino la consecuente suspensión del cargo por tres meses, por parte de la Procuraduría General de la Nación. Pese a que Petro ganó la presidencia, los resultados en Medellín y Antioquia no le fueron favorables, por cuanto en primera vuelta ganó Fico Gutiérrez y en segunda ganó Rodolfo Hernández, ya esto es un punto negativo para sus aspiraciones presidenciales de 2026. Ni hablar de su pelea contra el Concejo de Medellín, donde utilizó la siguiente frase: “estoy temblando para no pegarle, hijueputa”, dirigida a un Concejal de Medellín del Centro Democrático, así como su amistad con políticos nada recomendables como León Fredy Muñoz (embajador anticolombiano en Nicaragua) y Julián Bedoya (Falso Abogado). Pero donde estuvo muy exagerado, fue en una frase que dirigió contra el Gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria (Infobae): “Si Aníbal Gaviria quiere hablar de responsabilidades, que empiece hablando por su responsabilidad en la tumbada que nos metió con UNE-EPM: Malandrín”. Uno puede estar en desacuerdo con Aníbal, pero no se puede expresar sin pruebas de algo.

 

El telón de fondo corresponde a su renuncia a la Alcaldía de Medellín el pasado 29 de septiembre, con una carta que estaba escrita en lápiz (tan tierno), donde se puede leer lo siguiente (El Espectador): “Medellín y el proyecto del cambio que hemos liderado necesitan ser detenido. ¡Es ahora o nunca! Enfrentaré desde las calles, en cada uno de nuestros barrios y con nuestra gente a la rancia clase política que se cartelizó para tumbar a Medellín y robarse EPM”. Todo el show anterior, lo hizo Quinterín solo para salir a la tarima pública a su candidato, Juan Carlos Upegui, primo de Diana y quien lo ha acompañado en todas sus locuras, pero, si Upegui no sabe hacer las cosas en la plaza pública para aspirar a un cargo tan importante, ¿para que se metió en esta vaca loca? Y lo peor viene por ahí; Quinterín le quiere hacer el quite a una decisión de un juzgado de Medellín que le había ordenado tres días de arresto y multa de cinco salarios mínimos por desacato a una tutela que le ordenaba reubicar a una familia. Que bajeza; sería bueno que también se investigase las graves denuncias del carrusel de contratos que dejó Quinterín en la administración paisa, como que hay mucha cosa podrida por ahí.

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