martes, 1 de junio de 2021

QUIZÁS QUIZÁS QUIZÁS

 

En medio del Paro Nacional Indefinido que se ha llevado a cabo, pasó desapercibida una noticia grande y polémica con respecto al Acuerdo de Paz firmado entre el Estado Colombiano y la antigua guerrilla de las FARC, que aún el gobierno (desgobierno) de la Economía Naranja no cumple. En territorio venezolano, estado de Zulia, fronterizo con Colombia, en un extraño operativo que aún no se conocen más detalles, fue dado de baja el traidor Seuxis Pausias, más conocido como Jesús Santrich. Basta con recordar que dicho individuo fue uno de los más notables provocadores, perdón, negociadores en los diálogos que se cumplieron en La Habana (Cuba) entre 2013 y 2016, con unas actitudes de diva del cine, como, por ejemplo, cuando salió con su famosa frase: “quizás, quizás, quizás”. Luego llegó a Bogotá y supuestamente iba a ocupar una de las curules asignadas en la Cámara de Representantes, pero la aparición de Marlos Marín, sobrino de Iván Márquez, con unos narcosocios, hizo que lo recluyesen en la Cárcel Modelo de Bogotá, con una fiscalía comandada por el guerrerista Néstor Humberto Martínez, más conocido por el alias de Buchipluma (¿cierto Ingrid Betancourt?), en 2018, en cierta forma incidiendo en los resultados de las elecciones presidenciales.

 

Luego de presentarse argumentos a favor y en contra, tanto en la Jurisdicción Especial para la Paz y la Corte Suprema de Justicia, se le dio libertad condicional mientras los procesos judiciales seguían su trámite; trayendo como consecuencia la caída de Buchipluma, quien ya tenía en sus espaldas ciertas jorobas de Odebrecht y OLCSAL. Alias Santrich aparentemente, mostró arrepentimiento y prometió que visitaría las Zonas de Concentración de Antiguos Guerrillero se las FARC, para reforzar el cumplimiento del acuerdo. Pero un día, en un hotel del Departamento del Cesar, Chuchito se voló y no se volvió a saber nada de él, hasta que en agosto de 2019, salió en el video de la asquerosa Nueva Marquetalia, con fusil en el hombro y acompañado no solo del ególatra Iván Márquez, también de los sanguinarios Romaña y El Paisa (antiguo colaborador de Pablo Emilio Escobar Gaviria, como diría alias Popeye), donde se dijo que regresarían a las armas, que tenían más amiguetes para sus fines (gobierno cuestionado de Venezuela), y que los habían cajoneado. Supuestamente sería un duro golpe para el Acuerdo de Paz y que el regreso a la guerra con unas disidencias de las Farc unidas sería inminente, pero la cosa tomó un giro inesperado.

 

Gentil Duarte, quien maneja el narcotráfico en el Meta, Caquetá y Guaviare, no quería cederles espacio y les declaró la guerra a muerte, como una reyerta de criminales de poca monta. Durante el 2020 no hubo mayores novedades, pero el pasado 17 de mayo se dio la novedad de que el ciego ególatra había sido dado de baja. Las disidencias de las FARC confirmaron la novedad, como se lee en Infobae: “Sucedió en la Serranía del Perijá, zona binacional fronteriza, entre El Chalet y la vereda Los Laureles, dentro de territorio venezolano. Hasta ese lugar penetraron los comandos colombianos por orden directa del presidente Iván Duque”. El tipo ya está muerto, pero quedan muchos interrogantes; si el ejército colombiano supuestamente ingresó ilegalmente a Venezuela y lo dio de baja, ¿porqué el Ministro de Defensa de ese país, Vladimir Padrino, de reconocido anticolombianismo, salió en una rueda de prensa afirmando que no se permitiría la presencia de ilegales en su territorio? Además, es bien sabido que el gobierno (desgobierno) Duque no tiene la suficiente capacidad de planear una operación así, ni los cojones para llegar al otro lado de la frontera; luego, es mejor tomar esta hipótesis con pinzas.

 

El posible origen de esta situación se daría por la operación de los bandidos fieles a Gentil Duarte en los estados fronterizos como Zulia, Táchira y Apure, donde han dinamitado infraestructura, han extorsionado campesinos y han secuestrado miembros de las Fuerzas Armadas Bolivarianas, llegando hasta el punto de tener asustado al Régimen de Maduro, implorando por su liberación pacífica. Como dicen por ahí, los que alguna vez el Chavismo consideró como sus compadres ideológicos, ahora son sus principales verdugos. Es una situación extraña, ya que lo único que se conoce es que Marlos Marín se encuentra en una cárcel de Estados Unidos, con un silencio inentendible; Alex Saab (el colombiano más cercano al país vecino) está encanado en Cabo Verde a la espera de una posible extradición, y Maduro está abogando por un diálogo con la oposición (en cabeza de Leopoldo López y Juan Guaidó; para lo cual, un golpe de estos le podría servir de mucho). Entre tanto, el Acuerdo de Paz en Colombia sigue teniendo dificultades para su puesta en marcha, ya que no solo el gobierno (desgobierno) le escurre el bulto para no irritar a Carnitas y Huesitos, sino que la Oposición se encuentra atrincherada en un dilema de si ir unida o dividida a las elecciones del año entrante.

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